La Tasa Anual Equivalente (TAE) es un indicador financiero clave utilizado para determinar el coste total de un préstamo o crédito a lo largo de un año. La TAE no se limita solo a medir el interés que se abona por el dinero prestado; en realidad, proporciona una visión más amplia y precisa de los costes asociados al crédito.
Este indicador incluye, además de la tasa de interés, otros gastos y comisiones inherentes al producto financiero, tales como comisiones de apertura o de estudio. También considera la periodicidad de los pagos, ya sean mensuales, trimestrales, entre otros. Por lo tanto, la TAE se convierte en una herramienta esencial para comparar diferentes ofertas de préstamos, permitiendo una evaluación integral de los costes.
Imagina que tu amigo te pide 50€ prestados hoy y que en un mes te devolverá 55€. Eso significa que te está aplicando un interés del 10% por prestarle el dinero durante ese mes. Bastante razonable, ¿no? Ahora imagina que, en lugar de devolvértelos en un mes, hace el pago a los 6 meses. En ese caso, con ese 10% de interés que te aplica cada mes, cuando te los devuelva no serán 55€ sino casi 58€.
Como ves, decir simplemente que el interés es del 10% no te da toda la información. Es por ello que existe la TAE. Esta tasa incluye no solo los intereses sino también todos los gastos asociados a la operación (comisiones, etc), permitiéndonos comparar de forma justa. De esta forma, gracias a la TAE podemos elegir el préstamo más barato en función del plazo y las condiciones de cada uno.
Por ley, todos los préstamos y créditos tienen que mostrar la TAE de forma clara y visible. De hecho, esta tasa tiene algunas limitaciones para proteger a los consumidores. Por ejemplo, la TAE de una tarjeta de crédito no puede superar el 20%.
Así que ya lo sabes, cuando pidas dinero prestado fíjate bien en la TAE. Cuanto más baja, mejor para tu bolsillo. Una TAE alta significa que terminarás pagando mucho más por el préstamo del dinero recibido. Con la ayuda de la TAE podemos comparar fácilmente entre varias ofertas y encontrar la opción de financiación más económica. Y recordando este sencillo consejo, seguro que tomas la decisión correcta.
